viernes, 17 de febrero de 2012

Silvia Pinal


Debo al sátiro Buñuel
esta rubia inescrutable,
pálida santa pecable,
desde la hiel a la miel,
desde el convento a la piel:
la Viridiana intocada
soñando con la jugada
de cartas del porvenir
(que el censor no vio venir
tan listo que se las daba).


Viridiana, Luis Buñuel (1961)

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