miércoles, 29 de febrero de 2012

Vivien Leigh


Me vas, Vivien, lastimada,
con tu esperanza vacía
en la peli del tranvía,
con esos ojos, ajada,
en el recuerdo arrullada
por la seda y el sudor,
tan lejos del esplendor,
con el cine confirmando
que, desde Gable a Brando,
hace el tiempo su labor.

Un tranvía llamado
deseo
, Elia Kazan (1951)

martes, 28 de febrero de 2012

Doris Day


Con armarios imposibles
de rosas y terciopelos,
o tapando el rubio pelo
con gorros también punibles,
sus comedias predecibles
mejorarían muy mucho
si un montaje con serrucho
les quitara moralejas,
e hiciera que Day, vulpeja,
montara a un Rock en plan rucho.

Confidencias a medianoche, Michael Gordon (1959)

lunes, 27 de febrero de 2012

Susan Hayward


Llorando era la mejor,
sacaba la mueca aviesa
y se las tenía bien tiesas
con Wayne el Conquistador,
pero ocurrió lo peor,
y no en la historia fingida,
que una radiación dormida
en tan áridos parajes
le dieron a aquél rodaje
consecuencias de por vida.
Para Susan, con respeto,
vaya este homenaje escueto
.


El Conquistador de Mongolia, Dick Powell (1955)

domingo, 26 de febrero de 2012

Cristina Galbó


Sesión continua: película
que no era americana,
ni reflexión de sotana,
ni imperial, ni conventícula,
ni folklórica ridícula
con célebres estribillos,
torerías y zarcillos,
y el joven se exalta, ¡oh!,
viendo a Cristina Galbó
en "Del rosa al amarillo".

Del rosa al amarillo, Manuel Summers (1963)

sábado, 25 de febrero de 2012

Marilyn Monroe


Con Cukor canta en jersey,
con Negulesco usa lentes,
con Hawks, rubia preferente,
y es mala con Hathaway;
con Mankiewicz, en su grey,
de Olivier, un michelín,
de Houston, inicio y fin,
dos Billy Wilder cimeros
y de Preminger, vaqueros;
y con todos el mohín
en ese labio temblante
con la cámara delante.
(Y no olvido a Walter Lang,
ni a Logan, que la tuviera
media peli en carretera,
ni al mismísimo Fritz Lang.)

viernes, 24 de febrero de 2012

Claire Trevor


Vuelvan a La diligencia:
John Carradine redentor,
Thomas Mitchell y el licor,
un John Wayne en evidencia
pendiente de una pendencia
aún con pinta desvalida,
y una mujer con heridas
que ante el pueblo no se calla,
el personaje de Dallas
al que Claire Trevor da vida.

Stagecoach, John Ford (1939)

jueves, 23 de febrero de 2012

Thelma Ritter


Hizo todas las criadas
apuntalando comedias,
lo clavaba en las tragedias,
lo bordaba emborrachada
con desaliño y mirada,
y su verbo chabacano,
su desaliño cercano
a cualquier famosa cara
a poco se descuidara
le robaba cualquier plano.

Eva al desnudo, Joseph L. Mankiewicz (1950)

miércoles, 22 de febrero de 2012

Jill Clayburgh


La Jill Clayburgh me ponía
al modo de los setenta,
no por sus curvas (exenta)
sino por su biografía
de personal rebeldía
mediando una moraleja,
y aunque aquí nadie se queja,
en décadas anteriores
hubo glamoures mayores
que no buscaban pareja.

Una mujer descasada, Paul Mazursky (1978)

martes, 21 de febrero de 2012

Carroll Baker


Fue Harlow, fue Baby Doll,
fue muñeca americana,
pionera en caravana
en el Otoño de Ford;
fue lo único turbador
en el cinerama agreste
La Conquista del Oeste,
mas si quieren un retrato
que exprese bien mi arrebato,
quizá les agrade éste.

Baby Doll, Elia Kazan (1956)

lunes, 20 de febrero de 2012

Anne Bancroft


Llevarme necesitabas
veinte años, por lo menos,
para que rayos y truenos
y toneladas de baba
rebosaran como lava
de un volcán de juventud,
por tus labios en alud,
por tu calentura brava
y porque aquí no pasaba
pareja vicisitud.


El graduado, Mike Nichols (1967)

domingo, 19 de febrero de 2012

Stefania Sandrelli


El hoyuelo, sí, el hoyuelo
de la inocente barbilla,
en Novecento maestrilla
la piel puro terciopelo,
el Divorzio con Marcello
divirtiendo a la pantalla,
y por el magín estalla
de gozo una epifanía
que se llama Stefanía
entre canciones de playa.


Divorcio a la italiana, Pietro Germi (1961)

sábado, 18 de febrero de 2012

Rita Hayworth


Capto tu gesto apocado
frente al Orson absorbente,
mas olvidas que la gente
a mirarte se ha sentado
por tí, por lo complicado
de tu razón femenina
que en el teatro culmina
en violenta sacudida
con escena enloquecida
de catarsis cristalina.


La dama de Shanghai, de
Orson Welles (1947)

Jennifer Jones


El designio de una actriz
no es estar guapa a rabiar,
ni aunque me puedan tumbar
en technicolor feliz
su respingo de nariz,
sus mejillas de arrebol;
yo prefiero el descontrol
con Peck muerto por Caín
y el abatido mohín
abrasado por el sol.


Duelo al sol, King Vidor (1946)

viernes, 17 de febrero de 2012

Silvia Pinal


Debo al sátiro Buñuel
esta rubia inescrutable,
pálida santa pecable,
desde la hiel a la miel,
desde el convento a la piel:
la Viridiana intocada
soñando con la jugada
de cartas del porvenir
(que el censor no vio venir
tan listo que se las daba).


Viridiana, Luis Buñuel (1961)

Jean Simmons


Santa laica en Espartaco,
la Jean Simmons que me toca
es la cara de ángel loca
que con furor demoniaco
en cierto film policiaco
urde, asesina y se estrella,
porque su vesania es bella
en este negro maestro,
negro, blanco, gris siniestro:
su crimen me deja huella.


(Angel Face, de Otto Preminger (1952)

jueves, 16 de febrero de 2012

Tippi Hedren


Te ves cara de ladrona
como Marnie con cardado,
y ligona de cuidado
y un poquito cursilona
metida en la batallona
con los bichejos malditos,
y en los sueños que concito,
pese a tu pinta repipi,
te hubiera picado, Tippi,
como hizo aquél pajarito.


(Marnie, la ladrona, de Alfred Hitchcock (1964)

miércoles, 15 de febrero de 2012

Stéphane Audran

Razones existirán,
y Chabrol las ha filmado,
para que encuentre el pecado
la bella Stephane Audran
en un adúltero afán
con un muerto resultante:
de clase media la amante
un lunar en la mejilla
el marido que la pilla
y una atmósfera agobiante.


(La mujer infiel, Claude
Chabrol, 1969)

Susan Sarandon


Me gusta tu compromiso,
como actriz eres genial,
mas que no te siente mal
si digo que el paraíso
fue el del vecino de piso,
el gran Lancaster añejo,
pegándose el gran festejo
voyeur de tus abluciones:
te ruego que me perdones,
no soy varón thelmaylouise.


Atlantic City. Louis Malle, 1980.

martes, 14 de febrero de 2012

Barbara Stanwyck

Salvo en Perdición, te digo,
en general no me gustas
si defiendes causas justas,
mas, si aquí Wilder, amigo,
te privare del castigo,
en mucha peli adelante
moriría por tu semblante,
pues sólo la mala es bella,
sólo el crimen deja huella
y nunca lo edificante.


Double indemnity. Billy Wilder, 1944.

lunes, 13 de febrero de 2012

Cyd Charisse


Bien de bella de Moscú,
bien como chica de gángster,
no preciso hacer un máster
para hacer el rendibú
a esa carita de hindú
a esa verdura moderna
que tanto me desgobierna,
sobre todo si se mira
el milagro que se estira:
la longitud de sus piernas.


Singin´ in the rain. Stanley Donen, 1952

domingo, 12 de febrero de 2012

Hedy Lamarr


Cuentan que Hedy Lamarr
enseñó en peli pezón,
Dalila fue de Sansón,
trabajó con Max Reinhardt,
dijo que no con un par
a actuar en Casablanca;
y tal bellezón, que arranca
las cuadernas todavía,
en Ciencias e Ingeniería,
por lo visto no fue manca.

Sara Lezana


Cuando tú ves Los tarantos
y estás en los quince años
esta carmen te hace daño,
y, si escuchas entretanto
en las radios los quebrantos
de tientos y soleás,
un delirio pertinaz
en la oscuridad destella
y el ojo retiene aquella
apariencia montaraz.

Los tarantos, de Rovira Beleta (1962)

Virginia Mayo


Esa rubia decidida,
con los ojos verde agreste
en el muy Salvaje Oeste,
no es mi Mayo preferida,
sino la novia aturdida
de ese Cagney tremebundo
que estallaba en un segundo
en medio de sus compadres,
y que, al fin, grita a su madre
que está en la cima del mundo.


Al rojo vivo. Raoul Walsh (1949)

sábado, 11 de febrero de 2012

Angie Dickinson


Veo lo que Hawks en Río Bravo:
la infinitud de las piernas,
la venustidad moderna,
la dama que, al fin y al cabo,
padece de menoscabo
moral, pero se redime,
la Angie Dickinson sublime
de turbiedad y osadía,
la efigie en su lejanía
que deseo que se aproxime.


(Rodaje de Río Bravo, de Howard Hawks (1959)

Maureen O´Hara


La de pelirrojo estilo,
fierecilla sin domar,
se acabó de merendar
en aquél Hombre tranquilo,
a un Wayne, doscientos kilos,
y su porte turbador
le puso al Technicolor
acción, mirada, entereza,
y el fuego de su cabeza.
Lo tuvo claro John Ford.


(El hombre tranquilo, John Ford 1952)

Kim Novak


Disfruta del cautiverio
de las miradas sedientas
ausente de las tormentas
que convoca su misterio;
siempre con el gesto serio
y bellamente mohína,
hierática, se adivina
(aunque Hitchcock no lo viera)
volcánica y hechicera
la que en Picnic fue vecina.


(Picnic, Joshua Logan (1955)

viernes, 10 de febrero de 2012

Grace Kelly


Te basta con una escena
en Mogambo, de John Ford:
tras dar a Gable calor,
hablas adúltera y plena
con Ava, la gran morena,
disputando al masculino;
y yo con dolor opino
que el cine bajó al perderte
porque tú quisiste hacerte
corregente de un casino.


Mogambo, de John Ford (1952)

jueves, 9 de febrero de 2012

Anna Karina


Veo una peli de Godard
de cuando el Arte y Ensayo
y no digo nada, callo,
no me acabo de enterar,
pero puedo vislumbrar
la chica de talle esbelto,
el negro pelo muy suelto,
y el esplendor de los labios:
cesan todos mis agravios
y el suizo queda absuelto.


Bande à part, de Jean-Luc Godard (1964)

Gloria Grahame


Los labios finos, pintados
con una urgencia maleva
buscando esconder la prueba
de sus dudosos pecados,
tienen siempre convocados
mis ojos de espectador;
con humo, crimen, licor,
blanco y negro, años cuarenta,
Miss Gloria ya se dió cuenta:
mientras más mala, mejor.


Encrucijada de odios, de Edward Dmytryk (1947)

Lauren Bacall


Ves Tener y no tener:
penumbra de una persiana,
un cigarrillo, unas ganas,
y te entregas a absorber
el turbulento placer
que se alborota en el alma
y en los pliegues de tu palma
por el gesto que te apresa
y contiene la promesa
de un Mar Caribe en su calma.


(Tener y no tener, Howard Hawks (1944)

miércoles, 8 de febrero de 2012

Brigitte Bardot


Un día del cincuenta y nueve
el corazón me dió un salto:
vi un jersey de cuello alto
con un dúplice relieve,
un pelo rubio de nieve,
y los labios hechiceros
de una mujer en vaqueros
que fumaba un cigarrillo;
todo nuevo para un quillo
entre la patria y el clero.
Yo, con toda mi pandilla,
vi a la Bardot en Sevilla.



(Nota: Brigitte Bardot rodó
en Sevilla "La mujer y el muñeco",
de Julien Duvivier, en la Feria
de Abril de 1959)

Joan Collins


Howard Hawks en la película
Tierra de los faraones,
prefija tus condiciones
de una mala no ridícula,
por las riquezas febrícula,
que termina de rehén
de su codicioso edén,
y este fin piramidal,
que es un horrible final,
me sigue poniendo a cien.


(Tierra de faraones, Howard Hawks (1959)

Eleanor Parker


Ni ese óvalo perfecto,
ni la expresión de deseo,
lo que en la foto yo veo
en blanco y negro dilecto
es cierto mínimo aspecto
tal vez desapercibido:
el resplandor de libido
en la nariz que aletea
con miedo, en su tarea
de un gran amor encendido.


El hombre del brazo de oro, de Otto Preminger (1955)

martes, 7 de febrero de 2012

FranÇoise Dorlèac


Molabas más que tu hermana,
la esfinge, Bella de Día,
eras más francesa, tía,
cuando salías en SEMANA
me parecías más cercana,
más Cahiers de Cinema,
y, aunque confieso que acá
entre misas en latín
te vi un único film,
me pirrabas, Dorlèac.


El hombre de Río, Philippe de Broca (1964)