sábado, 18 de febrero de 2012

Rita Hayworth


Capto tu gesto apocado
frente al Orson absorbente,
mas olvidas que la gente
a mirarte se ha sentado
por tí, por lo complicado
de tu razón femenina
que en el teatro culmina
en violenta sacudida
con escena enloquecida
de catarsis cristalina.


La dama de Shanghai, de
Orson Welles (1947)

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