sábado, 11 de febrero de 2012

Maureen O´Hara


La de pelirrojo estilo,
fierecilla sin domar,
se acabó de merendar
en aquél Hombre tranquilo,
a un Wayne, doscientos kilos,
y su porte turbador
le puso al Technicolor
acción, mirada, entereza,
y el fuego de su cabeza.
Lo tuvo claro John Ford.


(El hombre tranquilo, John Ford 1952)

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