Los labios finos, pintados
con una urgencia maleva
buscando esconder la prueba
de sus dudosos pecados,
tienen siempre convocados
mis ojos de espectador;
con humo, crimen, licor,
blanco y negro, años cuarenta,
Miss Gloria ya se dió cuenta:
mientras más mala, mejor.
Encrucijada de odios, de Edward Dmytryk (1947)
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