domingo, 22 de abril de 2012

Marlene Dietrich

Brote de ajena locura,
musa de la perdición,
ojo de vil devoción,
destello de edad oscura,
la soñada criatura
que aparece en "Sed de mal"
 no es azul, ni angelical,
 ni voluble, ni bacante,
 sino escéptica, humeante,
 agreste, fría, final.

Touch of evil, Orson Welles (1958)

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