Samantha Eggar
Lo que Wyler descubría
tras su fecunda carrera
lo supe yo en la primera
ocasión que la veía,
en tiempos de rebeldía
y filmes de filmoteca,
cuando era Londres la meca
y la libídine tanta:
el hechizo de Samantha
y esa faz llena de pecas.
El coleccionista, William
Wyler (1965)
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